Lo que se suponía que iba a ser una manifestación pacífica, acabó convertida en una batalla campal, en gran medida por culpa del afán del PP de criminalizar la protesta y a los que protestan.
Desde hace varias días, los alrededores del Congreso habían sido tomados por más de 1.000 policias a modo de intimidación.
Ayer, 25 de septiembre, ya desde muy temprano, la policía paraba autobuses de manifestantes que se dirigían a Madrid, para registrarlos e identificar uno por uno a los pasajeros.
A pesar de esto, miles de personas consiguieron llegar a los alrededores del Congreso de los Diputados y manifestarse pacíficamente.
Lo que sucedió después está aún por aclararse. Desde el movimiento 25-S se acusa a la policía de provocar los altercados utilizando infiltrados en la protesta. Se han visto diversas imágenes de encapuchados vestidos de negro, portando banderas rojas y sin ninguna identificación, agrediendo e insultando a los agentes de autoridad. Hay muchas sospechas de que estas personas puedan ser policías, por lo que desde IU se ha pedido que se investigue (Alberto Garzón pide una investigación sobre si los manifestantes agresivos "eran colaboradores de la policía")
A partir de ahí la policía empezó a cargar contra los manifestantes, provocando escenas de auténtico terror y más propias de otros tiempos.
Los antidisturbios se enfrentaron a todos, incluso nuestro diputado Alberto Garzón tuvo que sufrir el acoso de los agentes.
Las carreras y los porrazos llegaron hasta la estación de Atocha, donde siguieron golpeando e identificando sin ton ni son, confundiendo viajeros con manifestantes y enfrentándose incluso con la prensa.
Izquierda Unida ha denunciado esta mañana la represión policial en la manifestación de ayer: "El Gobierno debería dar una respuesta a esta situación de detrimento democrático que se está produciendo, que no se puede resolver con la intimidación, ni con políticas represivas".
Desde IU Samartín nos sumamos a esta denuncia
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