14 de diciembre de 2008

ENTREVISTA A JULIO ANGUITA EN LA REVISTA TIEMPO


“Esta sociedad no es la mía, quiero subvertirla”

Hay esperanza para Izquierda Unida? Yo ya dije que veía esto muerto.

El proceso que ha llevado esta asamblea no me ha gustado, voté en contra porque pretendieron suplir la rendición de cuentas por un análisis de coyuntura. Que se vaya una dirección y no rinda cuentas es una falta de respeto democrático a la asamblea. ¿Es Cayo Lara el mejor líder? Cayo Lara es una persona honestísima, de la honestidad del campesino. También sé que la mejor de las personas depende de quién esté rodeado. A partir de hoy comienza un periodo de observar. Doy a la nueva dirección año y medio para refundar el proyecto, para que faciliten que entre gente nueva, para que tengan una política coherente en torno a un programa. IU tiene que hacer una convocatoria de izquierdas y articular un movimiento ciudadano que asuma otros valores, que haga posible el nacimiento de una mentalidad nueva a través de la ética, la moral pública, los derechos humanos. ¿IU ha abandonado la sociedad? IU cayó en la tentación de entrar en la política normal y nacimos como otra cosa. Hay que estar en las instituciones, pero de otra manera. Hay que ir subvirtiéndolas, hay que cambiar la mentalidad de la gente. El problema que el Partido Comunista de España nunca ha resuelto es con quién tiene que formar el bloque alternativo, no la alianza política. Gaspar Llamazares se equivocó al pactar con el PSOE? En mi época de coordinador yo le ofrecí pactar al PSOE, pero siempre en torno a una propuesta concreta. Lo que a mí no me ha gustado de los pactos con el PSOE son los acuerdos coyunturales, donde no han ganado nada nuestros representados. Ha sido una especie de Santa Cruzada contra la derecha, haciendo sinónimo de derecha al PP, que lo es, pero las políticas económicas también son de derechas, incluida la de Pedro Solbes. Los nuestros nos lo han hecho pagar y se han abstenido. El discurso que se ha impuesto en IU es el de la coyunturalidad de formar gobiernos estables, el de lo políticamente correcto. Nacimos para otra cosa. ¿Para qué? Para construir la subversión, trasmutar el orden social. Eso es lento y parte de una cultura alternativa. Estamos en un país corrupto. El enchufe, el amiguismo, el no pagar impuestos... Necesitamos una ética pública que lo transforme. Eso fue lo que quiso ser la II República. Ese discurso ético es el que hace falta y es el que es propio de Izquierda Unida. ¿Por qué no lo ha sido? Porque llegan las tentaciones: “Seréis como dioses y compartiréis el poder” y el “que viene la derecha que es mala y va a privatizar”, cuando, sí, la derecha ha privatizado, pero quien empezó privatizando fue Felipe González. Esta sociedad no es la mía, quiero subvertirla. Somos una sociedad que no ha tenido todavía capacidad para dotarse de una nueva situación, se intentó con la República pero fue cortada manu militari. El proceso de la Transición ha sido un apaño. Pues es un apaño que acaba de cumplir 30 años. La Constitución fue un pacto de debilidades. Los de la fuerza se quedaron desfasados y la oposición de izquierdas dividida y muy intervenida por Estados Unidos. Con un PCE que mantenía la ruptura pero que recibía visitas de la Corona desde 1970 para sondear si aceptaría ser legalizado. El momento era difícil, pero ya hubo un primera transacción: olvidar. Se hace una Constitución copiando artículos enteros de leyes de Franco. Temen meterle mano, porque cuando lo hagan no saben adónde puede ir. ¿La alternativa es para usted la República?Me da miedo cuando veo proliferar banderas republicanas sin ton ni son. La democracia puede ser tan burguesa como la dictadura, la suerte es que no nos meten en la cárcel por hablar. La República no es sólo un símbolo, ni un cambio en la Jefatura del Estado, es un proceso constituyente, donde la masa crítica asume unos valores, es laicidad, derechos humanos, austeridad, el valor de lo público. Ahí veo yo la III República, desconfío de toda operación por arriba en la que digan que hay que echar al Rey. Si no hay antes la revolución que España nunca ha tenido, que no cuenten conmigo. ¿El PCE ha ejercido de oposición dentro de Izquierda Unida? Ha habido una crítica, pero sólo cuando se vio lo que se votaba en el Congreso. He tenido que escuchar que en mi época todo se discutía en los órganos. Sí, pero todo se debatía democráticamente, no había capillas. En IU ganaron los del río de los tránsfugas, con operaciones de paso al PSOE: Cristina Almeida, Diego López Garrido, Antonio Gutiérrez. Entiendo al PSOE, quería ganarme, a quien no entiendo es a los míos. ¿Tiene futuro el PCE fuera de IU? Para mí el comunismo es un impulso interior hacia la igualdad plena. El PCE tiene que ir a su refundación. En mi cabeza está planteándose la construcción de una alternativa, un nuevo partido comunista que no se parece a los demás. No va a las elecciones, es un movimiento que actúa en instancias unitarias sometiéndose a las decisiones de cada una de ellas. Usted llevó a IU a lo más alto. Obtuvimos el 13,4% de los votos en unas elecciones europeas. En aquella época el PSOE era la corrupción pura. Lo de la pinza todavía colea. ¡Como si yo hubiese pactado con Aznar para cargarme a Felipe! Nosotros dijimos: “Ustedes quieren pactar, vale, éstos son los puntos”. La idea de la pinza es genial, ni a Goebbels se le hubiera ocurrido. Tiene el elemento para las mentes perras y estamos en un país que prefiere el dogma. Por eso la Iglesia tiene tanto éxito. ¿Qué recetas aplicó usted que no ha aplicado Gaspar Llamazares? No es una receta, es una manera de vivir la política. Yo entendí que no tenía que estar con nadie más que con los votantes. Esta laicidad que ha sido el dogma de mi vida fue la que la gente captó. Ese miedo al que dirán... Yo sólo tengo miedo a lo que yo pienso. Fue famoso por su defensa del programa. ¿Tiene programa Izquierda Unida hoy? Sí hay programa, pero duerme en los anaqueles. Por ejemplo, IU tiene un plan energético alternativo hecho por IU y Aedenat, desde hace muchos años, donde se detalla hasta el tipo de bombilla. Eso no lo sabe ni la sociedad, ni la propia gente de IU. Una parte importante de los dirigentes de IU pasaron de lo que eran los programas, que eran los que permitían la alianza. Se los cargaron por la política del pasillo, de los puestos, de las listas. ¿Se ha dejado IU arrebatar determinadas banderas por el PSOE?El PSOE se ha centrado en los elementos que se derivan de las libertades, pero no se ha atrevido a atacar el problema fundamental: la contradicción entre capital y trabajo. El PSOE dice que ser de izquierdas es bajar los impuestos, pero la cuestión es a quién se los suben. Los ciudadanos no se lo preguntan. Hay que luchar contra eso. ¿Ese es el papel de IU? El de la reflexión, no hay otro. Soy un admirador de las casas del pueblo, de los ateneos libertarios, donde enseñaban a los trabajadores. Los trabajadores, si no saben, no sirven para nada. Ahora los sindicatos son apéndices del Estado, de vez en cuando tienen una discusión para salvar las apariencias. ¿Qué opina de Zapatero? Me recuerda al personaje de Peter Sellers en la película de Bienvenido Mr. Chance. Un personaje que no dice más que simplezas y los otros piensan que son genialidades y lo hacen jefe de Estado. En Zapatero hay algo de este personaje. ¿Es un fraude? No. Es de impactos, pero no hay reflexión, no hay debate de fondo. ¿Quién debe entrar en Repsol? Cuando querían comprar Endesa los catalanes, Rajoy prefirió a los alemanes de E.ON. Lo de Rajoy no es política, es circo, porque él cree en el libre mercado. Soy partidario del sector público español, pero puestos al mercado, ¿por qué Rusia no vale? Es la prostitución de la política. Todo es regate corto ante lo que va a decir el telediario de mañana. ¿Y cuál es su opinión sobre Aznar? Aznar debe tener la conciencia movida desde que Bush dijo que se equivocó. Lo de Aznar es lo del nuevo rico. Puso los pies encima de la mesa y se creyó que se tuteaba con el emperador, cuando este es un indeseable. Es un castellano de capa media deslumbrado por un imperio fraudulento. ¿Habrá monarquía parlamentaria con Felipe de Borbón? No quisiera verlo. Tampoco a Juan Carlos. Le buscaría un exilio dorado donde viviese aparte de su señora para poder ser más libre, con su dinero. No tenía nada cuando entró de Rey y ahora es una de las fortunas más importantes de Europa.

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